Estudió en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, de la que posteriormente fue profesor, y tuvo como maestro a L. Domènech i Montaner.
Intervino en los proyectos de la Exposición Universal de Barcelona de 1888, tanto en el Hotel Internacional (1885; Marquès d'Argentera; desaparecido) como en el Castell dels Tres Dragons (Parque de la Ciutadella; actual Museo de Ciencias Naturales), donde participó, sobre todo, en la aplicación del hierro forjado y en la decoración cerámica.
Sus inicios muestran una tendencia neogoticista, evidente en obras como el panteón La Riba (1891; Cementerio de Montjuïc, Mare de Déu de Port, 56-58), en el que destaca una cierta profusión de la ornamentación floral, aunque hasta el final de su trayectoria no se entreven elementos de estilo modernista.
La arquitectura de este autor se caracteriza por la aplicación abundante de baldosas y molduras cerámicas; de hecho, fue un gran coleccionista de estos dos objetos, así como de una extensa colección de fotografías de monumentos de Barcelona, junto con su amigo y también arquitecto A. Font i Gumà. Ambos realizaron diseños que reproducían modelos góticos, que fueron producidos por la fábrica Pujol i Bausis y la Casa Escofet.
Aunque hay muestras de la obra individual de este arquitecto en Barcelona, como la Casa Llopis i Bofill (1902; València, 339), realizó principalmente colaboraciones con otros arquitectos participando en el trabajo del hierro forjado y la cerámica.
Dibujó papeles pintados decorativos y los patentó con el nombre de "Pegamoid".
Su implicación política estuvo ligada a la presidencia de la Unió Catalanista y fue vicepresidente del Ateneu Barcelonès.