Dentro de la historiografía del Modernismo -que en Italia se conoce como Liberty-, la ciudad de Turín es importantísima porque allí se celebró la gran exposición de artes decorativas de 1902, la Prima Esposizione Internazionale d'Arte Decorativa Moderna, un evento que tuvo una gran difusión y que popularizó el gusto por las artes aplicadas de estilo modernista.
La exposición se abrió en el Parco del Valentino sobre un proyecto de Raimondo D'Aronco. Los criterios sobre los cuales se configuró son los que dominan la proyección de las artes aplicadas y decorativas en todas las versiones del Modernismo: la belleza no tiene por qué estar reñida con la utilidad y todos los objetos, desde los más preciosos hasta los más sencillos, deben estar diseñados a partir de esta premisa.
La ciudad fue elegida como sede de la exposición por su carácter moderno e industrial -las primeras empresas del automóvil datan de finales del siglo XIX-, que la habían convertido en una de las ciudades de referencia de la Italia unificada. La ciudad de Turín fue la primera capital en el reinado del rey Víctor Manuel II y desempeñó un papel decisivo en los eventos de la Italia del siglo XIX.
El patrimonio Liberty de Turín se encuentra en dos barrios contiguos, el de San Donato y el de Cit Turín, al noroeste del centro histórico. Como es común en otras ciudades, el Liberty se desplegó sobre todo en las residencias privadas, chalés aislados o casas de pisos destinados al alquiler y estuvo también vinculado a la modernización de las técnicas constructivas. El hierro colado combinado con el vidrio y las estructuras de cemento armado aparecen a la vez que las líneas sinuosas y el gusto por la estilización floral.
El arquitecto que mejor define el Liberty turinés es Pietro Fenoglio. Entre 1902 y 1903 construye una casa de viviendas conocida como "La Fleur", en un chaflán entre el Corso Francia y la Via Principe d'Acaja, su obra más completa. Se trata de un edificio de tres pisos con aplicaciones de colores claros en la fachada y un delicado trabajo de hierro en los balcones y las ventanas, que están cubiertas de vitrales de colores. Del mismo arquitecto podemos mencionar la Villa Scott (1902), del Corso de Giovanni Lanza, 57, o la Villa Rossi (1903), de la Via Passlacqua, 14. Además de Fenoglio podemos citar a Giovanni Battista Carrera, que en 1920 intervino con gusto modernista un antiguo palacio medieval, el Palazzo della Vittoria, en el Corso Francia, 23; o el Palazzo Maffei (1909), del Corso Montevecchio, 80, de Antonio Vandone, con estructura metálica del ingeniero milanés Alessandro Mazzucotelli.