El Art Nouveau, o estilo Jugend, florece en Helsinki a principios del siglo XX. Finlandia experimentaba entonces un importante desarrollo político, cultural y económico. Helsinki crecía a una velocidad de vértigo y las antiguas casas de madera debían dejar paso a edificios de piedra. Esta explosión de entusiasmo por lo nuevo encontró su expresión en una arquitectura que reflejaba el romanticismo fennofílico, las influencias del Art Nouveau y del estilo Jugend de la Europa Central, así como de la moda escocesa y americana de las fachadas de piedra natural.
En muchas áreas de la Helsinki actual, los monumentos de este boom constructivo constituyen todavía un rasgo dominante. Hay unos 600 edificios de la época Art Nouveau, que se extiende aproximadamente de 1895 a 1915. Se construyeron amplias zonas residenciales enteramente en estilo Jugend. El distrito de Katajanokka, lleno de edificios Art Nouveau, es único en el mundo. Otros barrios especialmente ricos en casas modernistas son Kruununhaka, Ullanlinna y Eira.
En Finlandia, el Art Nouveau encontró una expresión particular en el estilo romántico nacional, que se percibía como fundamentalmente finlandés, a pesar de las influencias internacionales. Así, la fachada de granito sin pulir se convirtió en símbolo nacional, y ciertas formas que sugerían una fortaleza eran consideradas como llenas de referencias a la historia medieval de Finlandia. La naturaleza y las leyendas nórdicas eran una fuente importante para temas ornamentales. Los ejemplos más sorprendentes de este estilo son el edificio Pohjola, el Teatro Nacional y el Museo Nacional.
Cuando la era Art Nouveau tocaba a su fin, en la década de 1910, los arquitectos finlandeses encontraron inspiración en el sentido práctico y el sentido común de la arquitectura americana. Empezaron a poner el énfasis en el pensamiento racional y en un estilo simplificado, sobre todo en los edificios de oficinas. En esta etapa se produjeron también algunos monumentos importantes en Helsinki, como el edificio de la Bolsa, el Hotel Seurahuone, la Estación del Ferrocarril, y la Iglesia Kallio, todos ellos con unos interiores especialmente bellos.
Los primeros pasos para fundar el Museo Municipal de Helsinki se iniciaron en 1906, en plena época Art Nouveau. Una de las razones para la puesta en marcha de las actividades del museo fue el deseo de documentar y conservar el anterior paisaje urbano de Helsinki, que estaba siendo brutalmente barrido por la explosión constructiva modernista. Actualmente, la sede del museo se halla en el número 16 de Aleksanterinkatu. El museo contiene una extensa colección de objetos, fotografías y obras de arte que reflejan la historia de la ciudad. La preservación del patrimonio arquitectónico de Helsinki, incluyendo nuestros tesoros Art Nouveau, es una de las principales razones de ser del Museo Municipal.